SAN FRANCISCO JAVIER
Francisco, había nacido en el año 1506, en el castillo de Xavier en
Navarra. Su padre murió cuando él era todavía muy niño, así que tuvo que
aprender a hacerse fuerte desde pequeño.
Navarra estaba en guerra con el rey de Castilla y los dos hermanos
mayores tuvieron que irse a luchar. Francisco ayudaba a su madre, estudiaba y
rezaba al Cristo de la capilla por todos.
Cuando la guerra terminó, los hermanos mayores propusieron a Francisco
que se hiciera militar como ellos, pero él prefería estudiar para ser doctor en
leyes como había sido su padre.
Se fue a París para estudiar. Sacaba muy buenas notas y estaba seguro
que algún día conseguiría un empleo estupendo y ganaría mucho dinero y sobre
todo, muchos honores.
En la Universidad de París, que se llama Sorbona, Francisco
conoció a muchos estudiantes, y entre ellos, a Ignacio de Loyola, un vasco por
el que, al principió, no sintió simpatía.
Más tarde, consiguió su titulo universitario, se hizo muy amigo de
Ignacio y de otros estudiantes; fue con ellos a Roma, todos se ordenaron
sacerdotes y fundaron la Compañía de Jesús.
El rey de Portugal, Juan III, que poseía muchos territorios en la
India y más allá, quería que Ignacio enviase a alguno de los suyos como
misionero a aquellas tierras.
Ignacio mandó a Francisco, que fue encantado porque hacía tiempo que
soñaba con ser misionero y trabajar mucho para hablar de Dios a todas las
gentes que no le conocían.
Viajó a Roma a Portugal y de allí a la India. De Lisboa a Goa tardó trece meses. En Goa trabajó con los niños y los enfermos. Después predicó y sirvió a
los indios de la Pesquería.
Viajó hasta más allá de Malaca para seguir enseñando y bautizando en
todos los lugares del imperio portugués. Nunca le parecía que había trabajado
bastante para hablar de Dios a todos.
En Malaca un japonés llamado Anjiró le habló de su patria y Francisco
decidió legar hasta allí para evangelizar aquel país al que casi ningún europeo
había llegado todavía.
Fundó misiones en el Japón y, más tarde, se propuso llegar hasta la
China, aunque era muy peligroso porque el emperador amenazaba de muerte a los
extranjeros. Murió sin lograrlo cuando sólo tenía cuarenta y seis años.